«Fogonadura: Cada uno de los agujeros que tienen las cubiertas de la embarcación para que pasen por ellos los palos a fijarse en sus carlingas.» En barcos con una «cierta edad», es fácil encontrar holguras entre el palo y la fogonadura, que permiten la entrada de agua en el interior de la nave cada vez que llueve o una ola barre la cubierta.
Una manera de poner fin a estas molestas entradas de agua que nos pueden estropear el interior del barco, es usar el kit Spartite
SPARTITE sistema de sellado para fogonaduras
Este sistema, aparte de hacer estanco el espacio entre la cubierta y el palo de la fogonadura, hace que no tengamos que pensar nunca más en poner cuñas de madera para trincar bien el palo. Además dejaremos de usar burdamente los neoprenos y gomas y las abrazaderas de toda la vida.
Spartite consta de dos componentes premedidos de plástico líquido que se vierte en el espacio entre el palo y el barco. La junta que resulta es como una cuña con una leve y necesaria flexibilidad. Las ventajas es que el ajuste es perfecto para cualquier palo y su collar teniendo una capacidad muy buena para absorber y distribuir equitativamente las cargas del palo sin crear roturas, por tanto, eliminando la entrada de agua y la habitual caída de las cuñas.
Spartite se comercializa en dos tamaños de 836 y 1672 cl. Cada kit contiene los envases premedidos, con instrucciones detalladas y todo lo necesario como gunates, el recipiente de mezcla, tiras de espuma de célula cerrada, pasta de moldeo, paletas para mezclar y aplicar,… y estará preparado para navegar en 48 horas. Se pueden usar los kits con metal (pintado o no), fibra de carbono o, incluso, madera barnizada. Pero no usar en fibra decapada, es decir, sin gel-coat, o en maderas al natural.
Pide tu kit Spartite en nuestra web o llamando al 977 107 830
«Mar de mares» es un encuentro artístico, educativo y lúdico de celebración y preservación del mar. Tendrá lugar en A Coruña del 24 de septiembre al 4 de octubre, con un amplio programa de actividades, enfocado a resaltar la importancia de los océanos y su ecosistema como fuente de riqueza natural imprescindible y concienciar a instituciones, empresas y ciudadanos de la necesidad de la protección del hábitat marino para garantizar su sostenibilidad.
Participarán en este evento, investigadores, artistas y expertos en temas marinos que mostrarán a los asistentes sus avances en campos como la pesca sostenible, la fotografía submarina, la gastronomía o el reciclaje marino, entre otros.
Dentro del programa de actividades tenemos: exposiciones, talleres, encuentros con artistas, científicos y representantes del sector industrial, charlas, storytelling, gastronomía y acciones directas de preservación del paisaje, como las recogidas de basura en playas. Y, también, un Mercado del mar.
Destacarán la exposición retrospectiva y el taller de fotografía submarina de David Doubilet, la exhibición “Luis Seoane y el mar” en la Fundación Luis Seoane y la muestra “Somos mar”, que incluirá las propuestas de varios artistas gallegos para el Festival y podrá visitarse en la Sala de Exposiciones Palexco. Los colectivos Basurama y Hábitat Social, por su parte, llevarán a cabo distintas intervenciones urbanas.
Los espacios que se suman al programa de eventos dentro del festival son: El Museo Científico: Domus, el Aquarium Finisterrae, el Kiosko Alfonso, la Fundación Luis Seoane y la sala Palexco, los Jardines de Méndez Núñez, el Museo do Mar de Galicia, la Playa de San Amaro, la Lonja, la Casa del Agua, Sogama y el Restaurante Pablo Gallego.
La corrosión galvánica es un proceso electroquímico en el que un metal se corroe en contacto con un tipo diferente de metal (más noble) y ambos metales se encuentran inmersos en un «electrolito». En el caso de los elementos metálicos en un barco, el «electrolito» es el mismo aire, por el alto grado de humedad y salinidad en el ambiente. El metal que resulta afectado en este proceso, es el que ocupa un lugar inferior en la «serie galvánica», que determina el grado de nobleza o inercia química de los metales y semimetales.
Incluso un mismo tipo de metal puede corroerse galvánicamente si el electrolito varía en su composición, formando una celda de concentración. De este modo, todas las uniones entre elementos metálicos deben protegerse para evitar la corrosión. Una manera es aislar eléctricamente los dos metales entre sí. A menos que estén en contacto eléctrico, no puede haber una celda galvánica establecida. Esto se puede hacer mediante el uso de una capa de grasa para separar los elementos, por ejemplo de aluminio y acero inox, o acero inox y acero galvanizado, etc. El uso de juntas de material absorbente, que puedan retener líquidos, es a menudo contraproducente. Una buena solución a la corrosión galvánica es TIKAL TEF-GEL, es una pasta no soluble, permanente incluso en condiciones adversas y bajo el
agua con base de PTFE. Es un producto anticorrosión, antigripante y lubricante. Aísla los flujos galvánicos entre metales.
Evita el desconchado y levantamiento de las superficies pintadas próximas a herrajes, remaches o tornillos de acero inoxidable.
Protege contra la corrosión entre los tornillos de acero inox y el aluminio o el latón en motores, equipos de pesca, mástiles,
aparatos de iluminación, ventanas y escotillas,…
Por sólo 12’65€, Tikal Tef-Gel es imprescindible en la caja de herramientas de cualquier embarcación
Tikal Tef-Gel
A modo orientativo, en la siguiente lista se ve, de mayor a menor, qué materiales son más resistentes a la corrosión galvánica; por lo que en contacto con un metal que esté por encima de ellos en esta tabla, sufrirá corrosión galvánica.
La Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente; a través de su proyecto Indemares, ha demostrado que las costas orientales de Fuerteventura y Lanzarote constituyen un santuario de cetáceos. En estas aguas se concentran hasta 28 especies diferentes de zifios, rorcuales, cachalotes, orcas, delfines y calderones, un tercio de todas las especies de cetáceos del mundo, lo que representa un extraordinario valor biológico.
También se han estudiado, por primera vez de manera integral, las montañas submarinas del Sur de Fuerteventura donde se ha encontrado una riqueza inusualmente elevada de biodiversidad. Antes de comenzar con la investigación, se esperaba que los bancos de Amanay y El Banquete presentasen una riqueza biológica relativamente pobre debido a la situación geográfica en mar abierto y a elevada profundidad. Sin embargo, la zona en la que se sitúan los bancos está influenciada principalmente por la corriente de Canarias, que es una derivación de la corriente del Golfo, y por los afloramientos costeros de agua sobre la plataforma noroeste del continente africano. Los vientos alisios barren la superficie del mar favoreciendo los afloramientos de aguas desde capas más profundas (upwelling), cargadas de nutrientes. Este mecanismo hace, de manera general, que la zona oriental de Lanzarote y Fuerteventura tenga una mayor productividad que el resto el archipiélago.
El ancla de capa o ancla flotante es un elemento a tener en cuenta entre los artilugios de seguridad de nuestra embarcación. El ancla de capa consiste en un cono de lona que, amarrado a la proa de la embarcación, ayuda a mantener su posición amurado al mar para combatir las olas en caso de temporal, o para evitar la deriva provocada por el viento en determinadas circunstancias. Las medidas del cono dependerán de la eslora de la embarcación, a mayor tamaño mayor resistencia.
Podemos usar el ancla de capa para capear o para correr un temporal. Cuando la usemos para capear, la largaremos por la proa. El objetivo es que nuestro barco, que ya no tiene gobierno porque ha perdido completamente su velocidad debido a la mar que viene por la amura, no se atraviese o se mantenga amurado en la mayor medida posible. Nuestro barco, debido a la acción de la mar, va a derivar más hacia popa que el ancla. Cuando el barco tienda a atravesarse, se tesará el cabo del ancla, la cual ofrecerá bastante resistencia debido a su forma, y mantendrá el barco amurado a la mar.
Instalación de línea de ancla de capa.
Cuando usemos el ancla flotante para correr el temporal, el objetivo será, también, evitar que el barco se atraviese a la mar. Las olas, que en general serán más rápidas que nuestro barco, tenderán ha hacer que aquél se atraviese, debido al empuje que ejercen sobre las aletas. Cuando corremos el temporal, el flujo de agua sobre la pala disminuye ya que vamos navegando con la mar, esto provoca que el barco pierda capacidad de gobierno, por lo que la tendencia a cruzarse será fuerte. Si largamos dos
anclas por la popa, una por cada aleta, el barco cuando tienda a cruzarse hacia una u otra banda debido a la acción de una ola, tesará el cabo del ancla correspondiente, la cual ofrecerá bastante resistencia debido a su forma y evitará, en alguna medida, que el barco se atraviese.
El ancla de capa también es útil en caso de avería en el motor, que deje la nave «al garete» con costa a sotavento. El ancla de capa reduce la deriva y el abatimiento dándonos tiempo a resolver la avería o a que las unidades de rescate lleguen a socorrernos.
Otra de las utilidades del ancla de capa, en el caso de embarcaciones usadas para la pesca deportiva, es la de mantener la embarcación sobre un banco de peces, reduciendo la deriva y el abatimiento sin necesidad de usar el motor. Se reduce el consumo de combustible y mantiene la nave amurada pudiendo centrar nuestra atención en la tarea de la pesca.
La forma de instalar la línea de ancla de capa es la siguiente: debemos contar con una línea de amarre formada por un cabo de grosor suficiente para la eslora y desplazamiento de nuestra embarcación, con una longitud que no debe ser menor de 5 veces la eslora. Este cabo se hará firme en las dos cornamusas (de proa o popa, según el caso) haciendo una instalación en «Y» para repartir el esfuerzo entre ambas. En el otro extremo haremos firme el ancla de capa. A la hora de lanzar el ancla de capa, comprobaremos que la línea de amarre trabajará libre de obstáculos con candeleros o balcones y la soltaremos por la banda de barlovento, lo más extendida posible. La lona se abrirá en el agua y se alejará del barco, cumpliendo su función.
Es importante al largar el ancla de capa, pensar en que habrá que recogerla. Es prácticamente imposible recuperar un ancla de capa tirando del cabo que forma la línea de arrastre. Para recuperar el ancla con facilidad, podemos instalar una segunda línea, en este caso puede ser un cabo más fino, unida a la parte «estrecha» del cono, con una longitud igual a la línea de amarre más dos veces la longitud del ancla de capa, de modo que al cazar esta línea, vaciaremos el ancla de agua y con ello la resistencia a izarla a la nave. También podemos sustituir, o completar esta «linea de recuperación», por un orinque formado por una boya de fondeo y cabo, que nos permita tirar del lado estrecho para vaciar y recuperar el ancla de capa.
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