La manera de amarrar un barco la determina, principalmente, la posición que tiene el barco con respecto al muelle o pantalán. No amarramos igual si el barco está abarloado, de proa o de popa. Según sea esta posición podemos combinar las 4 formas básicas de tomar amarras, o dar amarras. Las amarras son cabos que sujetan el barco al muelle o pantalán, o incluso a otro barco abarloado, y reciben su nombre según el ángulo en el que trabajan con respecto a la embarcación: largo, sprin, través y codera; de modo que hagan un buen reparto de fuerzas y aseguren que el barco mantenga su posición a pesar de la influencia del viento, oleaje, corrientes o mareas. Es importante tener claro el nombre y concepto de cada forma de amarrar, de este modo podremos dar instrucciones claras y concisas al marinero que nos esté ayudando en la maniobra de atraque o desatraque.
LARGO: Reciben este nombre las amarras que saliendo por la proa o por la popa trabajan hacia proa o hacia popa respectivamente. Trabajan hacia la misma cabeza de aquella por la que salen. Los largos de proa trabajarán hacia proa y los largos de popa trabajarán hacia popa.
Se usan para colocar o situar el barco en una posición inicial y se dan lo mas lejos posible (lo más en largo posible) hacia delante o hacia atrás respectivamente. Sirven para mantener el buque pegado al atraque y fundamentalmente para evitar los desplazamientos longitudinales del mismo. Por lo tanto, el largo de proa evitará que el buque se mueva hacia popa y el largo de popa evitará que se desplace hacia proa.
Portando del largo de proa, nos hace avanzar la proa y nos aconcha la amura hacia el muelle. Así mismo portando del largo de popa, avanzaremos hacia popa y aconchará la aleta hacia el muelle.
SPRIN: Reciben este nombre las amarras que saliendo por la proa o por la popa trabajan hacia popa o hacia proa respectivamente, es decir trabajan en oposición al punto por donde salen. Los sprins trabajan en diagonal. Actúan de forma parecida a como lo haría un muelle, de ahí su nombre (en inglés, spring significa muelle). Uno de los sprins sale de la proa del barco en dirección a popa, hasta alcanzar el punto de amarre, situado sobre el muelle, pantalán u otra embarcación, a la altura de la popa; el otro sprin parte de la popa en la forma contraria.
Los sprins evitan los movimientos longitudinales del barco cuando está abarloado. De esta forma, el sprin de proa evitará que el barco se desplace hacia proa y el de popa evitará que se mueva hacia popa.
Portando del sprin de proa , esta aconcha hacia el muelle y lleva hacia atrás el barco. Portando del sprin de popa aconcha la popa hacia el muelle y hace avanzar el barco hacia proa.
TRAVÉS: Reciben este nombre las amarras que trabajan perpendicularmente al la línea de crujía de la embarcación. Se utilizan para dejar el barco pegado o aconchado al lugar de amarre. Su misión es evitar que el barco se despegue de su atraque, evitan el movimiento transversal del barco con respecto a su atraque.
CODERA: Recibe el nombre de codera al cabo que firme a proa y/o popa sirve para amarrar el barco a una boya o a un muerto, por el lado contrario al muelle donde estamos atracados, y, aproximadamente en la perpendicular de los puntos de partida.
La finalidad de las coderas es mantener el barco separado del muelle o pantalán y evitar que golpee contra éstos.
Todas las embarcaciones deben estar dotadas de cabos o estachas de amarre que sean de longitud y resistencia adecuada a la eslora y desplazamiento de la embarcación. Además de las amarras utilizadas en el punto de amarre habitual. El barco debería llevar siempre a bordo dos cabos o estachas. Es aconsejable que las amarras que se utilizan como largos sean de, al menos, la misma longitud que la eslora del barco. En el caso de largos y sprins tomados con la embarcación abarloada, trabajan mejor cuanto menor es el ángulo formado con la embarcación, por lo que deben hacerse firmes lo más lejos posible de ésta.
Al dar las amarras hay que tener en cuenta factores como las condiciones climatológicas: vientos, corrientes y previsón meteorológica. Así como la amplitud de las mareas del lugar. Una buena longitud para los largos sería tres veces la amplitud de la marea; para los springs bastará con vez y media dicha amplitud.
Las amarras sufren de forma continuada la acción del sol, de la humedad y, en general, de las condiciones climatológicas; por lo que hay que escoger un material adecuado y suficientemente resistente. También hay que tener en cuenta el roce de la amarra contra el pantalán o sobre los elementos de cubierta, al moverse el barco por el paso de otros barcos o por el efecto del viento. Se consideran dos puntos importantes por los que sufren las amarres debido al roce: en la gaza y en la parte del cabo que roza con las gateras o pasacabos. Para evitar el desgaste debemos prestar especial atención a que no existan aristas o puntos abrasivos que provoquen el desgaste de las amarras. Es una solución casera el forrar los cabos, en las zonas de contacto, con tubo de manguera o cuero.
Para evitar una tensión excesiva en las amarras cuando el barco es movido por el viento o el paso de otros barcos, es conveniente dotar a la línea de amarre de amortiguadores que absorban de forma elástica y suave este movimiento. De este modo evitamos también que las cornamusas y su punto de unión en cubierta, se resientan por los “tirones” de las amarras.